Sheinbaum, segundo asalto: más y más frentes abiertos y popularidad intacta

El nuevo curso político en México se inicia con grandes expectativas y desafíos. Este lunes marca la integración de las cámaras legislativas y el estreno del renovado poder judicial tras las elecciones de junio. La presidenta Claudia Sheinbaum, quien presenta su informe de primer año de gobierno, se enfrenta a una serie de retos significativos. A pesar de ser la presidenta más votada en la historia reciente del país, deberá lidiar con una ambiciosa reforma electoral y la incertidumbre que rodea a los nuevos ministros y magistrados.
Además, el clima de inestabilidad se ve exacerbado por la situación con el cartel de Sinaloa, que representa una amenaza real y metafórica, así como por las presiones externas relacionadas con la política estadounidense, reflejada en el extraño bastón de Trump.
En este contexto, la unidad dentro de su partido es crucial, ya que cualquier desavenencia podría poner en jaque sus planes y estrategias. Sheinbaum no solo necesita fortalecer su liderazgo, sino también establecer un gobierno que mantenga el control ante la oposición y las múltiples crisis que enfrenta el país. Por lo tanto, este inicio de curso no es solo una ceremonia de toma de posesión, sino un verdadero punto de inflexión que podría definir el rumbo político y social de México en los próximos años. La presidenta deberá actuar con firmeza y visión para navegar por estas turbulentas aguas y cumplir con las expectativas de su mandato.