Las heridas y interrogantes que siguen abiertos a 40 años de la toma del Palacio de Justicia
El 6 de noviembre de 1985, la situación en el Palacio de Justicia de Bogotá, sede de la Corte Suprema de Colombia, se tornó caótica. Alfonso Reyes Echandía, presidente del tribunal, suplicó en Radio Todelar por ayuda, afirmando que la situación era dramática y pidiendo al presidente Belisario Betancur que interviniera. Ese día, 35 guerrilleros del M-19 tomaron el edificio, buscando obligar a los magistrados a realizar un «juicio» al presidente, a quien acusaban de haber traicionado un proceso de paz que estaba en crisis.
La respuesta del gobierno, confiando en las fuerzas militares, resultó en una violenta confrontación. El asalto terminó con el incendio del edificio y la muerte de 11 de los 25 jueces del Tribunal Supremo. Además, se destruyeron miles de expedientes, lo que tuvo un impacto devastador en el sistema judicial del país. El suceso marcó un antes y un después en la historia de Colombia, evidenciando la gravedad del conflicto armado y la precariedad de la paz en ese momento. La tragedia del Palacio de Justicia dejó una herida en la nación y planteó serias preguntas sobre la gestión del conflicto y la seguridad del Estado.