Las ‘dinastías’ sonideras que mantienen viva la cumbia en Monterrey: “Hay una reinvención de Colombia por parte de la realeza”

La cumbia es la gran pasión de Mario Alberto Alfaro, de 52 años, un destacado integrante de un grupo musical en La Independencia, Monterrey. Su trayectoria forma parte de una «dinastía» que ha mantenido viva la cultura colombiana desde los setenta. Para Alfaro, la cumbia es más que música; es un estilo de vida que refleja una fusión de ritmos africanos, indígenas y españoles, y busca amplificar la esencia de estos sonidos únicos. “Es lo más lindo del mundo”, dice Alfaro, quien siente que cada canción toca el alma.
Celso Piña, otra figura emblemática, también es venerado en La Independencia. La hermana de Piña, Verónica, mantiene la casa del músico, fallecido en 2019, como un santuario de su legado. Esta construcción alberga instrumentos, premios y recuerdos del artista. Verónica se compromete no solo a conservar la memoria de su hermano, sino a promover un festival de cumbia que atrae a más de 17,000 personas para celebrar su música. La casa, con apoyo del gobierno y donaciones, enfrenta desafíos para su mantenimiento, pero también organiza clases de música y baile para niños, con el fin de enseñarles a disfrutar de la cumbia al estilo colombiano.
Así, en Monterrey, la cumbia vive en el corazón de su gente, transformando penurias en alegría y manteniendo vigente un rico legado cultural.