La lucha mexicana se eleva a la lluvia de la gentrificación

En el Arena de México, la lucha libre se vive de dos maneras distintas. Mientras que en las primeras filas los turistas disfrutan del espectáculo y comentan en varios idiomas, en las gradas, los aficionados locales expresan su pasión con un mar de gritos y comentarios en español. Este fenómeno refleja una transformación reciente: la lucha libre, que surgió en los barrios populares de la Ciudad de México, ha alcanzado un estatus de atracción turística y cultural a nivel global.
El auge de la lucha libre ha atraído a un público más diverso, incrementando las ganancias y cambiando la forma en que se presenta este deporte. Sin embargo, esta popularidad ha conllevado un aumento en los precios, lo que a su vez ha desplazado a los seguidores tradicionales y ha llevado a la gentrificación de la zona.
Este cambio no solo afecta a los espectáculos de lucha, sino también a las viviendas y comunidades cercanas, reflejando un conflicto más amplio entre la cultura local y el turismo. La lucha libre, una vez un elemento clave de la identidad popular, ahora enfrenta el desafío de mantener su esencia en medio de la transformación que implica atraer nuevas audiencias y adaptarse a un mercado global. En resumen, aunque la lucha libre ha ganado visibilidad y popularidad, su futuro dependerá de encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y la preservación de sus raíces culturales.