La deportación que frustró los planes de boda de Sara y Kinzie

Sara fue abordada por dos hombres que la rodearon y la inmovilizaron contra un camión, pidiéndole que se detuviera y rogándole que la dejara ir. En un intento desesperado por buscar ayuda, logró llamar a su novia, Kinzie Morrow, colocando la llamada en altavoz. A pesar de su súplica de ayuda, los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) le gritaron que subiera al auto. Uno de ellos, armado con un Taser, la amenazó, advirtiendo que si no se quedaba quieta, la electrocutaría. Sara entró en pánico mientras se esforzaba por liberarse, pero fue esposada y controlada por los agentes. Este incidente resalta la brutalidad de las tácticas de aplicación de la ley de inmigración y el miedo que sienten quienes se encuentran en situaciones vulnerables frente a las autoridades.