La batalla por la arena: asesinatos, impunidad y destrucción ambiental en la República Dominicana

En la comunidad de El Roblegal, en Baní, República Dominicana, el río Nizao enfrenta una grave amenaza. Una choza vacía marca la entrada a un tramo seco del río, donde la extracción descontrolada de arena y grava ha provocado su desvanecimiento. Residentes informan sobre un guardia armado que controla el acceso, permitiendo solo la entrada de camiones que transportan materiales para la construcción, generando nubes de polvo y dejando a su paso un paisaje de piedras y charcos estancados.
Luis Carvajal, biólogo y coordinador de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, ha sido testigo de esta situación durante años, documentando la devastación de los ríos por intereses comerciales y la complicidad de las autoridades. La erosión ecológica del Nizao es un claro ejemplo de cómo la explotación irresponsable afecta los ecosistemas locales.
El caso se agrava aún más por la violencia que enfrentan los defensores del medio ambiente. Manuel Antonio Nina, un conocido activista, y otros como la familia de Francisco Ortiz, asesinado en 2024 por oponerse a la extracción de arena, son testimonios de la lucha que se libra para proteger estos recursos vitales. Patricia Abreu, directora ejecutiva del Santo Domingo Water Fund, enfatiza la importancia de conservar las cuencas hídricas y asegurar el acceso al agua como un derecho humano. La situación del Nizao es un urgente llamado a la acción para salvaguardar el medio ambiente y garantizar la justicia social en la región.