Impunidad total: ni sanción, ni expulsión

Comparte en:

El cartismo blindó a Noelia Cabrera, acusada de nepotismo y planillerismo. No enfrentará sanción ni pérdida de investidura, y la oposición fracasó incluso en reunir las firmas para iniciar el proceso.

Finalmente se desactiva el intento de pérdida de investidura contra la senadora Noelia Cabrera Petters, acusada por nepotismo tras la contratación de dos sobrinos con jugosos salarios y también señalada por incurrir en planillerismo. A pesar de las denuncias por tráfico de influencias para beneficiar a sus familiares, la legisladora no será sancionada ni enfrentará ningún proceso de pérdida de investidura. El cartismo decidió blindarla políticamente, mientras que la oposición ni siquiera logró reunir las firmas necesarias para iniciar el trámite del libelo acusatorio.

Bancada oficialista cierra filas

La senadora liberocartista Noelia Cabrera compareció este martes ante la bancada de Honor Colorado en la Cámara Alta. Tras la reunión, el líder del bloque cartista, Natalicio Chase, confirmó que en ningún momento se evaluó aplicar una sanción a la parlamentaria ni avanzar con un proceso de pérdida de investidura.

«El caso de Kattya González fue analizado en su momento. En este caso, no se analizó la sanción ni la expulsión», declaró Chase, dejando en claro que la postura predominante en su bancada es la de proteger a Cabrera ante los cuestionamientos públicos y las denuncias presentadas en medios de comunicación.

Chase insistió en que dentro del bloque existen diferencias internas, pero que siempre prevalece la decisión de la mayoría. «Hay posturas divididas, como en cualquier bancada, pero nosotros acompañamos lo que dice la mayoría. En este momento, lo que corresponde es que Cabrera haga su descargo. Le pedimos eso», indicó.

La senadora, implicada en la contratación de dos sobrinos con sueldos de hasta 15 millones de guaraníes en el Congreso y en el supuesto uso irregular de una funcionaria que trabajaba de forma remota desde el Brasil, se presentó ante sus colegas del oficialismo para dar explicaciones.

«Ella participó, explicó cómo ocurrieron los hechos. Preferimos que ella haga su descargo ante el pleno, tiene razones que va a presentar mañana y que consideramos atendibles. Vamos a esperar eso. No hay tendencia aún porque no se votó», agregó el líder cartista.

El blindaje, según fuentes parlamentarias, no es casual: Cabrera habría activado conversaciones políticas de alto nivel con referentes del oficialismo en las últimas horas, para asegurar su permanencia en el cargo. La prioridad, para Honor Colorado, es cerrar filas y evitar un nuevo caso de pérdida de investidura, como ocurrió con la exsenadora Kattya González.

Sin respaldo ni siquiera para iniciar el proceso

Por parte de la oposición, el panorama tampoco favorece a la posibilidad de un juzgamiento político contra Cabrera. La senadora liberal Celeste Amarilla, una de las principales impulsoras del libelo acusatorio, reconoció que no logró reunir ni siquiera las 11 firmas necesarias para iniciar el proceso.

«Teóricamente somos 13 opositores, pero no consigo ni 11 firmas. Ni los opositores se animan a firmar», lamentó Amarilla, que cuestionó la falta de voluntad política incluso dentro del sector que se presenta como alternativo al cartismo.

A pesar de mantenerse firme en su postura, Amarilla admitió estar aislada. «Yo sigo sosteniendo el libelo acusatorio, no voy a retroceder por una mentira. Pero no hay acompañamiento. No sé cuál es el temor, porque firmar no significa necesariamente estar de acuerdo con el contenido, pero ni así se animan. Dicen que después nos va a pasar a nosotros», relató con resignación.

La legisladora afirmó que hay mucho miedo en el Congreso, no solo por las represalias políticas, sino por los expedientes que podrían ser reactivados en contra de los críticos del oficialismo. «Hablan de pedidos cajoneados… Por mí que pidan todos los pedidos. Pero mío no hay nada, y sin embargo, soy yo la que puede terminar afuera», advirtió.

«Ellos me pueden echar igual con la misma mentira que le echaron a Kattya. Pero esto sería más injusto, porque yo ni siquiera confío en esa persona, ni lo quiero cerca mío», agregó en referencia a Martín Cogliolo, el funcionario cuestionado por haber sido contratado por recomendación de Ever Villalba, pero que es sobrino político de Amarilla.

El precedente de Kattya González, quien fue despojada de su banca a través de un proceso exprés impulsado por el cartismo, sigue marcando la agenda legislativa. Sin embargo, en el caso de Noelia Cabrera, la reacción fue completamente distinta: el oficialismo la defendió, mientras la oposición se replegó.

Cartismo aguarda, oposición se diluye

Natalicio Chase señaló que el proceso no se moverá sin un libelo formal. «Vamos a limitarnos a esperar que Cabrera haga su descargo ante el pleno, y si la oposición consigue las 11 firmas necesarias, se analizará. Pero hasta ahora, ni cinco firmas tienen», expresó.

La decisión de blindar a Cabrera confirma que la mayoría oficialista controla la agenda parlamentaria y decide qué casos se investigan y cuáles se sepultan. El discurso del «debido proceso» sirve como pretexto para dilatar las acciones contra sus propios aliados.

Mientras tanto, la imagen del Congreso se sigue deteriorando frente a la opinión pública, que observa cómo los escándalos se neutralizan sin consecuencias reales para los legisladores involucrados. La posibilidad de que una senadora contratara a familiares con altísimos salarios y a una funcionaria planillera no bastó para activar los mecanismos institucionales que supuestamente rigen la conducta de los parlamentarios.

Ni sanción, ni expulsión. El mensaje es claro: los blindajes siguen vigentes, y el costo político del nepotismo recae, una vez más, en la impunidad.


Comparte en:

Entradas Relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *