El ejército, en el Rancho La Vega: patea en la cara, mesas y agresiones sexuales

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El 29 de enero, el ejército llegó a Rancho La Vega, Jalisco, entre las 4:00 p.m. y las 5:00 p.m., según testimonios de los cautivos. Armados y uniformados, los militares realizaron una operación contra el cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha sido responsable de reclutamiento forzado en la región. Los 38 cautivos presentes en el lugar relatan que, tras disparos iniciales que se atribuyeron a la posible presencia de miembros del cartel, la situación se tornó en una caza violenta. En cuestión de minutos, las víctimas del CJNG se convirtieron en nuevas víctimas de la represión militar.

Los testigos no tienen dudas sobre la naturaleza de la misión militar, que, a pesar de ser presentada como una operación en contra del crimen organizado, resultó en una escalofriante muestra de violencia. La falta de distinción entre los criminales y los cautivos plantea serias preocupaciones sobre la naturaleza de la intervención militar en conflictos relacionados con el narcotráfico en México. Esta situación refleja un patrón de respuesta violenta que puede agravar aún más el ciclo de violencia en la región.

La escena es un claro ejemplo de cómo, bajo el marco de operaciones antidrogas, se perpetúan violaciones a los derechos humanos y se desdibuja la línea entre la protección de la población y la agresión militar. La complejidad del contexto en Jalisco resalta la necesidad de enfoques más humanitarios y justos en la lucha contra el crimen organizado.


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