Deuda alcanzaría mil millones de dólares con farmacéuticas y constructoras.
02 de noviembre de 2025 – 01:00
En julio de 2025, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reafirmó la robustez macroeconómica de Paraguay, concluyendo que el riesgo soberano se mantenía en niveles bajos. El informe señalaba que la Deuda Pública del país es “sostenible a mediano plazo”, gracias a una gestión prudente y a la vigencia de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF), que establece un límite para el déficit anual del 1,5% del PIB.
En efecto, el organismo internacional considera a Paraguay como un emisor confiable en América Latina, con bases sólidas que sustentan su reputación como buen pagador, aunque enfrenta riesgos externos.
Cabe recordar que el actual Gobierno debe cumplir con el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que establece una convergencia fiscal del 1,5% del PIB para 2026 y cuyas fases de cumplimiento le permitirían continuar accediendo a financiamiento para el presupuesto público. Este plan experimentó una prórroga en 2023, cuando el Gobierno actual argumentó que el déficit reconocido por la administración saliente no incluía deudas con los mismos sectores que actualmente demandan el pago. Así, de un déficit inicial del 2,3% previsto para ese año, en última instancia se situó en 4,1%, por debajo del 5% estimado meses antes del 15 de agosto por el equipo de transición. En 2024, se cerró en 2,6% y para el presente año, el compromiso es de un déficit del 1,9%, con la meta de alcanzar el límite establecido por la Ley de Responsabilidad Fiscal en 2026, como se mencionó anteriormente.
Los ajustes continúan condicionados por significativas restricciones en el gasto público. Datos del Banco Central del Paraguay (BCP) indican que, al segundo trimestre de 2025, el Consumo de Gobierno sufrió una caída del 5,9%, atribuida principalmente a la disminución en la adquisición de bienes y servicios, después de haber registrado un aumento del 1,1% en el primer trimestre y en períodos de 2024. Además, en el sector construcción, se observó una notable desaceleración, pasando de 12,9% a 4,5% entre el primer y segundo trimestre de este año.
Por todo lo anterior, la considerable deuda del Estado con las farmacéuticas y constructoras constituye una presión que supera incluso el déficit estipulado para 2025, independientemente de si se haya contabilizado como gasto devengado en las cuentas públicas.
Ahora solo queda ver cómo abordar esta problemática.