Desigualdad salarial en Paraguay: educación y empleo en juego.

Los ingresos laborales de la población ocupada de 15 años y más revelan dos factores clave de la situación económica en Paraguay: la educación y el sector productivo donde se inserten los trabajadores. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre 2022 y 2024, los ingresos mensuales promedio del país aumentaron de G. 2.665.000 a G. 3.096.000, lo que representa un crecimiento del 16,2%. No obstante, este crecimiento nominal oculta diferencias significativas según el nivel educativo y el área de actividad.
Al examinar los datos por sector económico, se evidencia una segmentación clara. El sector primario, que engloba agricultura, ganadería y pesca, reportó en 2024 un ingreso promedio de G. 3.172.000, mostrando una variación positiva respecto a los G. 2.099.000 de 2022. Este aumento del 51,1% refleja el dinamismo del agro, impulsado por exitosas campañas de soja y carne, aunque aún presenta notables oscilaciones debido al clima y los precios internacionales.
Por otro lado, el sector terciario, que incluye comercio, transporte y servicios en general, alcanzó un promedio de G. 3.122.000 en 2024, con un incremento del 11,3% en comparación a 2022, cuando el promedio fue de G. 2.805.000. Este crecimiento se debe a que alberga una gran parte de las ocupaciones urbanas, especialmente en servicios profesionales y financieros, donde los beneficios de la educación son más evidentes. Sin embargo, en este sector coexisten trabajos de muy baja remuneración, como los de servicios personales y comercio informal, junto a otros de alta especialización, lo que amplía la brecha salarial interna. Esto es clave, dado que el sector terciario es el mayor generador de empleo en el país y su dinamismo impacta directamente en los ingresos de la población urbana.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística indican que los ingresos laborales en Paraguay están influenciados por dos factores principales: el nivel educativo y el sector productivo.
Aunque la educación prolongada sigue brindando retornos más altos, las excepciones observadas en los sectores primario y secundario sugieren que la demanda coyuntural también puede aumentar los salarios de los trabajadores con menor escolaridad. En cuanto a la formulación de políticas públicas, el desafío es doble: mejorar la calidad y pertinencia de la educación y diversificar la estructura productiva, para que los ingresos no dependan únicamente de los altibajos de la agricultura o de sectores de baja complejidad.