Caren, una niña de 13 años muerta en un atentado
En un reciente reportaje, se informa sobre el trágico bombardeo del Ejército en Guaviare, donde murió una niña de 13 años, Caren Smith Cubillos Miraña. Originaria de Puerto Santander y criada en La Pedrera, Amazonas, ella y otros seis menores perdieron la vida en una acción militar que se justificó por el temor a un posible ataque del grupo ilegal que los había reclutado. Este hecho ejemplifica la brutalidad del conflicto armado, donde la lógica de “matar o ser asesinado” predomina. En la guerra, cada bando considera que su vida es más valiosa que la de los demás, incluso cuando se trata de niños.
El actual presidente, que antes abogaba por la protección de los menores en estas situaciones, enfrenta ahora la complejidad de ser Gobierno y tomar decisiones que impactan vidas. A menudo, las promesas y discursos se ven confrontados por la dura realidad de la guerra, donde se toman decisiones difíciles y cuestionables. Este incidente resalta la necesidad de reflexionar sobre la justificación de las acciones militares y sus consecuencias devastadoras, especialmente en una sociedad donde la vida de los más vulnerables se ve comprometida por la violencia. La situación plantea preguntas graves sobre la ética y los límites de la lucha armada. En un contexto de conflicto, es crucial reevaluar cómo se protegen y valoran las vidas de los menores involucrados.