A 90 minutos de la Gloria!
El ambiente en Pedro Juan Caballero palpita con una intensidad pocas veces vista. La ciudad vive las horas previas a un acontecimiento que podría marcar para siempre la historia deportiva local: el Sportivo 2 de Mayo está a un solo partido de consumar una gesta que, hasta hace poco, parecía inalcanzable. Mañana domingo, frente a General Caballero JLM, el “Gallo Norteño” no solo disputará una final; está ante la posibilidad real de inscribir su nombre como Campeón Nacional en la Copa Paraguay, un torneo cuya esencia inclusiva revela la magnitud de este desafío: reúne a clubes de todas las categorías del país, trascendiendo el habitual círculo de la Primera División.
Paradójicamente, la dimensión de este momento histórico aún parece no haber sido absorbida del todo por la afición pedrojuanina. Incluso con la clasificación asegurada a la Copa Libertadores 2026 —un logro sin precedentes para un club del interior, fuera del departamento Central— el sentimiento predominante en las calles es una mezcla de ansiedad, orgullo contenido y la prudencia que dicta la memoria colectiva.
Porque si algo ha marcado la identidad deportiva de Pedro Juan Caballero es la persistencia. Durante décadas, la afición local cargó con el anhelo inconcluso de coronarse Campeón Nacional de Interligas, un sueño que varias veces se disipó en las manos de su eterno rival regional, Concepción. Desde aquella primera clasificación a las finales en 1975, varias oportunidades volvieron a tocar la puerta, pero ninguna terminó en el festejo tan añorado.
Hubo, sin embargo, momentos que alimentaron la esperanza. En 2005, el Sportivo 2 de Mayo escribió una de sus páginas más recordadas al conquistar la División Intermedia de la APF y ascender a Primera División, categoría que defendió hasta 2009. Ese logro no solo fue un triunfo deportivo: fue la demostración de que el sueño podía tener forma, color y fecha.
Luego vinieron 14 años de espera, de lucha silenciosa, de reconstrucción. Hasta que en 2024, el club volvió a la máxima categoría. Y ahora, en 2025, el 2 de Mayo se encuentra frente a la posibilidad de alcanzar una gloria que supera todos sus hitos previos.
El eventual título en la Copa Paraguay no solo implicaría convertirse en Campeón Nacional en un torneo de alcance federal, sino también derribar un muro histórico: sería el primer club del interior profundo en clasificar a la Copa Libertadores, abriendo un camino que durante décadas pareció reservado exclusivamente para instituciones del eje metropolitano.
Lo que está en juego mañana trasciende lo deportivo. El 2 de Mayo está a las puertas de materializar, en el fútbol de clubes, lo que la afición pedrojuanina soñó tantas veces a nivel de selección en Interligas: alcanzar por fin la cima, ver flamear su escudo en lo más alto del fútbol paraguayo y convertir una ilusión de generaciones en una victoria real, palpable y eterna.