Perros adoptados y entrenados, la última estrategia de México para combatir el gusano barrenador
Indiana, un perro de gran tamaño con rasgos de pitbull, es entrenada por María Lourdes Alarcón en un invernadero que simula las condiciones de Catazajá, Chiapas, donde las temperaturas alcanzan entre 35 y 40 grados. Aunque el clima frío en México ha facilidado su entrenamiento, Indiana aún necesita dos meses más para completar su preparación como parte del equipo de inspectores caninos del Servicio Nacional de Sanidad, Seguridad y Calidad Agroalimentaria (Senasica). Indiana y otros cinco perros son entrenados para detectar plagas, específicamente el Gusano barrenador del ganado (GBG), una amenaza para el sector agropecuario mexicano.
El espacio de entrenamiento es controlado y busca incluso mejorar la resistencia de los perros ante condiciones adversas. Otros instructores, como Mayté Tontle y José Ángel Jiménez, también están trabajando con perros para labores de inspección fitosanitaria, enfatizando la importancia de su labor en la prevención de la entrada de plagas y enfermedades en el país. Los perros no solo son herramientas valiosas para el control de plagas, sino que, junto con sus entrenadores, forman un sistema de defensa esencial para la sanidad agroalimentaria.
El programa de entrenamiento de estos perros destaca la innovación en la gestión de la sanidad agropecuaria y la necesidad de medidas proactivas para proteger los recursos agrícolas de México. El éxito de este sistema puede ser fundamental para evitar la propagación de plagas devastadoras que amenacen la producción.