La crisis de las personas desaparecidas en México

Eva María Vázquez narra la trágica historia del asesinato de su hijo, Jaime González, en Irapuato, Guanajuato. Jaime fue víctima de un ataque armado en una casa en construcción, justo cuando su madre y su pareja, Francisco Arias, conocido como Panchito, eran amenazados por un grupo de hombres armados. Mientras estaban en el suelo, atados y a punta de pistola, escucharon el momento en que Jaime fue asesinado. El grupo armado, ante la confusión, decidió llevarse a Panchito, pues no estaban seguros de haber matado al objetivo correcto.
Eva ha sufrido la pérdida de tres hijos debido a la violencia en la región, lo que refleja la peligrosa realidad que enfrentan muchas familias en el estado. Además de lidiar con su dolor, Eva se ha unido a un grupo de buscadores en Guanajuato, donde personas como ella intentan localizar a sus seres queridos desaparecidos. La violencia en la zona se ha intensificado en los últimos años, provocando un aumento en el número de desaparecidos y víctimas de homicidio.
Eva muestra una foto de su hijo asesinado mientras busca justicia y respuestas. Las paredes de las instituciones, como la Fiscalía General de la República, están adornadas con retratos de personas desaparecidas, un recordatorio constante de la situación alarmante que viven muchas familias en México. La historia de Eva es un testimonio de la devastación que la violencia ha traído a la comunidad.