Un nuevo colapso aísla el este de Colombia: «Estamos condenados a cargar esta cruz para siempre»

Catalina Ortiz, una atleta de Villavicencio, se enfrenta a grandes desafíos debido a un colapso en el kilómetro 18 del camino hacia la llanura de los Andes, que aisló a su ciudad de Colombia desde principios de septiembre. Este escenario la obligó a perder la sede del Campeonato Nacional de Atletismo, que se trasladó a Bogotá. A pesar de que normalmente se puede llegar en menos de tres horas, Ortiz tuvo que atravesar una carretera alternativa que le tomó más de siete horas y estuvo llena de camiones de carga. Enfrentada a la altitud de Bogotá, esta atleta se sintió mal preparada y, tras apenas tres horas de sueño, su desempeño en la prueba de 5,000 metros se vio afectado, con un tiempo de 22 minutos, aproximadamente 50 segundos más de lo habitual.
El aislamiento de Villavicencio se ha prolongado por un mes, dejando a sus habitantes en la incertidumbre de una solución inminente. La situación ha impactado no solo a atletas como Ortiz, sino también a negocios locales, como el Hotel Del Llano, que sufre por la falta de clientes. La congestión vehicular y el desplome del camino han generado una crisis en la región, resaltando la urgencia de soluciones para restablecer la comunicación y la economía en Villavicencio y sus alrededores. En resumen, la tragedia geológica ha alterado significativamente la vida de los ciudadanos y ha frustrado las aspiraciones de quienes dependen de la movilidad para continuar con sus actividades cotidianas y profesionales.