Cappro: análisis de retenciones y procesamiento de soja en Argentina.

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El reciente régimen argentino de retenciones cero para el sector agrícola ha causado sorpresa e incertidumbre en Paraguay. Por un lado, se prevé una posible reducción en la demanda de soja paraguaya por parte de la industria argentina, pero también esta situación podría abrir oportunidades para fortalecer el procesamiento local.
El presidente de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), Raúl Valdez, indicó que la decisión tomada en Argentina fue, en esencia, “un shock inesperado”. Sin embargo, a pesar de la sorpresa, se registraron negociaciones récord en el país vecino: en apenas tres días se completó el cupo mencionado de exportaciones.
Adicionalmente, la reacción del mercado aún muestra gran incertidumbre sobre cómo se reorganizarán los flujos y si esta medida influyó o no en la exportación de granos en su estado natural.
Por ahora, las retenciones han vuelto a la normalidad y los negocios que se están llevando a cabo actualmente deben ajustarse al esquema habitual.
Impulsa el procesamiento
El presidente destacó que, mediante la industrialización, se pueden acceder a mercados y condiciones más estables, independientemente de factores temporales o decisiones regionales.
“La industrialización nos permite ofrecer mayor estabilidad a los precios y mercados. En definitiva, esto revela la vulnerabilidad de nuestro sector agroexportador, que depende en gran medida de unos pocos mercados que concentran la mayor parte de nuestras exportaciones de soja en estado natural”, aclaró.
No obstante, todo dependerá de la evolución de los precios internacionales de los productos industrializados para determinar si las fábricas contarán con incentivos para continuar el procesamiento.
Márgenes en declive
Se anticipa que, de aquí a fin de año, se mantendrá un escenario bastante neutral. Las fábricas tienen stock suficiente para llegar al último trimestre, por lo que se prevé una conducta similar a la observada hasta ahora.
Señaló que los márgenes de la molienda están muy deteriorados y que, con los cambios en los mercados internacionales y las políticas de los países vecinos, estos podrían verse aún más comprometidos.
Por otra parte, destacó que el principal reto es la ausencia de políticas de industrialización que promuevan de manera sostenida el procesamiento de la soja. “El año pasado, con un récord de 11 millones de toneladas producidas en Paraguay, solo se procesó el 25% de ese total”, enfatizó.
Esto indica fallas estructurales en el sistema de industrialización, ya que las fábricas operaron solo al 60% de su capacidad.
Para Valdez, resulta sorprendente que estos índices se presenten siendo Paraguay uno de los mayores productores de soja del mundo, con una capacidad instalada que no se utiliza debido a los bajos márgenes.
Necesidad de más políticas de industrialización
Afirmó que se debe competir con países que cuentan con una escala industrial considerablemente mayor, como Argentina, que es un polo clave en la industrialización de soja en el mundo. Además, los sistemas financieros, fiscales y las políticas de los países vecinos afectan directamente al negocio local.
“Estamos convencidos de que mediante la industrialización de la soja, no solo se agrega valor a la materia prima, que ya es sumamente relevante para el país, sino que también se abren posibilidades de inversión en áreas como la producción de carnes, biocombustibles y biodiésel”, remarked.
Subrayó que, gracias a la industrialización de la soja, se presentan oportunidades de crecimiento tanto en el sector alimentario como en el de biocombustibles. Esto está directamente relacionado con la seguridad alimentaria y la soberanía energética, posicionando a Paraguay en una situación favorable para convertirse en un actor fundamental en la producción de alimentos y energía en el futuro.