Colombia revive la polarización por el acuerdo de paz

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Jaime Felipe Lozada expresó su dolor y frustración tras la reciente decisión del Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Colombia, que consideró revictimizante. Lozada fue secuestrado durante tres años por las FARC, al igual que su hermano, mientras que su madre, Gloria Polanco, estuvo cautiva casi ocho años. Su padre, Jaime Lozada, fue asesinado por el mismo grupo guerrillero en 2005. Esta situación es un reflejo de la profunda herida que el conflicto armado ha dejado en muchas familias colombianas.

La JEP, creada como parte del acuerdo de paz con las FARC en 2016, tuvo su primer juicio notable con la sanción de siete miembros de la guerrilla, relacionada con uno de los crímenes más impactantes en la historia reciente del país. Esta sentencia se inscribe dentro de las medidas de reparación acordadas en el pacto de paz, pero ha generado un intenso debate en la sociedad y ha dejado a las víctimas sintiéndose insatisfechas con los resultados.

Lozada, a través de su testimonio, subraya el dolor persistente que la violencia ha infligido a su familia y a muchas otras, retando la efectividad de la justicia transicional en ofrecer verdadero reparo a las víctimas. La historia de su familia se convierte en un símbolo de la lucha por justicia y reconocimiento en un país que busca superar las secuelas de un largo conflicto armado.


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