El crimen orquestado desde dentro de la cárcel.

El 19 de junio de 2022, fue asesinado el exdirector de la cárcel de Tacumbú frente a su familia. Los responsables recibieron penas severas. La muerte de Óscar González fue orquestada desde la prisión tras la desactivación de un laboratorio de cocaína.
Junto al laboratorio clandestino se encontraba el narcotraficante Jaime Franco, quien supuestamente colaboraba con el clan Rotela.
González, al momento de la llegada de las autoridades, en horas de la mañana, se encontraba en su vivienda y habría sugerido que, por motivos de seguridad, no se llevara a cabo el operativo.
Los fiscales se dirigieron a la entonces ministra de Justicia, Cecilia Pérez, quien ordenó al director que autorizara la apertura de la cárcel.
Durante la intervención, no solo se halló el laboratorio, sino también una cantidad de dinero en efectivo.
Consecuencias de la intervención
Retornando a la operación del año 2020, como resultado, González, en medio de amenazas, fue reubicado en la dirección de Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia.
Las investigaciones permitieron identificar al sicario y al cómplice que lo llevó en una motocicleta hasta el lugar del crimen en el barrio Obrero.
Penas severas
El caso concluyó esta semana con una condena elevada para los responsables, aunque no se pudo esclarecer la autoría intelectual.
El Ministerio Público, representado por el fiscal Christian Ortiz, solicitó penas de 27 años y 6 meses para Martín Zeballos, y 28 años para Fabrizio Maldonado.
Esto se evidenció a través de datos recuperados de su teléfono, donde se observaron comunicaciones y coordinaciones, así como la modalidad de préstamo de armas.
También se confirmó que Fabrizio Maldonado y Martín Zeballos realizaron visitas, días antes y después del asesinato de González, al penal de Tacumbú, donde se encontraba el narcotraficante Jaime Franco.
Las visitas habrían sido a un miembro del clan Rotela, hoy condenado, Óscar Ariel Cabello Azcona.
Fabrizio Maldonado declaró ante el tribunal que visitaba a su padre, quien estaba encarcelado en Tacumbú, y aprovechaba para ver a Cabello Azcona.
No obstante, tampoco se descartó la posibilidad de que Franco hubiera recibido visitas, ya sea de Maldonado o de Zeballos, en algún momento.