Celeste tacha a Rocío de «lumpen burguesa»; Beto defiende fiesta.

El extravagante festejo de 15 años de la hija de Justo Zacarías Irún, director de Itaipú Binacional, y de la diputada oficialista Rocío Abed, ha desatado un intenso debate político y social que llegó a la Cámara de Senadores. Se produjo un intercambio de acusaciones entre la senadora Celeste Amarilla (PLRA) y el senador Silvio Beto Ovelar (ANR, HC)
“Se pueden comprar muchas cosas con dinero, pero hay otras que no: el cariño de la gente, la dignidad, el respeto social. Cuando el dinero proviene del Estado, la ostentación expone a las familias al escarnio público”, dijo Amarilla, sin señalar directamente actos de corrupción, pero advirtiendo que los altos salarios en instituciones como Itaipú generan descontento social.
Hace unas semanas, la diputada cartista mencionó que no hay crisis porque la gente disfruta de latte y cheesecake. La senadora instó a la familia Zacarías Abed a tener más modestia: “Deberían realizar sus celebraciones de manera más discreta o privada. La ciudadanía se siente ofendida”.
Respuesta de Beto Ovelar a las críticas de Amarilla
El senador cartista Silvio “Beto” Ovelar no ocultó su presencia en la celebración y, aunque minimizó el evento, centró su respuesta en una crítica personal hacia la senadora Amarilla, acusándola de hipocresía.
Ovelar trató de restar importancia a la controversia, asegurando que hay asuntos más relevantes para discutir. “Jahapa la vyrorei lo mita (dejemos de hablar tonterías)”.
Análisis: ¿Desconexión entre el poder y la realidad social?
La controversia revela la creciente distancia entre los sectores privilegiados del Estado y la población. En un país que enfrenta altos niveles de pobreza y precariedad laboral, las exhibiciones ostentosas de lujo por parte de funcionarios y sus familias provocan indignación y cuestionamientos éticos.
Mientras Paraguay lidia con profundas dificultades económicas, algunos representantes del poder parecen continuar disfrutando de celebraciones lujosas.